Supere sus propias metas con ayuda de Dios

1. Lectura Bíblica: Filipenses 3:12
2. Versículo para memorizar:
“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.” (Filipenses 3:12).
3. Reflexión en la Palabra de Dios:
Las cámaras se enfocaron en su rostro cuando salió del enorme bloque de hielo. Nadie quería perder detalle. Sus labios estaban amoratados y diminutas partículas de agua cubrían su rostro. Los ojos permanecían impasibles. El jurado dio la última palabra: “Tiempo de 67 minutos. Batió su propio record”.
De esta manera poco común, el brasilero Gilberto Cruz pasaba a engrosar la lista de hombres y mujeres que rompen los límites de lo concebible. Logran así la admiración, la sorpresa o expresiones de incredulidad entre quienes se enteran de sus hazañas.
Este profesor de educación física se preparó por varios meses antes de volver a intentarlo. Otros murieron en su propósito. No era fácil. Sin embargo llegó el día. Y ante millares de espectadores que no podían dar crédito a lo que veían sus ojos, ingresó en una enorme caja de vidrio, llena de hielo, con una temperatura por debajo de los veinte grados centígrados. Y vivió para contarlo…
La vida cristiana se construye a partir de intentarlo una y otra vez y cuantas veces sea necesario para superar nuestras fallas, aquellas que nos impiden una vida cristiana a plenitud. Si no desmayamos, con ayuda de Dios, podremos lograrlo. Y como José, el protagonista del relato, habremos superado nuestra propia marca. Pronto veremos que nuestros hábitos, costumbres y actitudes han cambiado.
El secreto está en perseverar, como lo recomendó el apóstol Pablo: “No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.” (Filipenses 3:12).
Quizá hay áreas de su vida en las que no ha tenido éxito. Pero puede lograrlo si depende de Dios. Nada es imposible. Tomados de su mano podemos llegar a niveles de crecimiento que jamás imaginamos. ¡Vamos, inténtelo…!
4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Ha renunciado a sus metas?
b. ¿Está dispuesto a luchar por sus sueños?
c. ¿Ha sometido sus sueños en manos de Dios?
En adelante entregaré mis planes en manos de Dios
Inicia hoy tu proceso de capacitación para servir en el Reino de Dios.