Construya una vida feliz cada día
1.- Lectura Bíblica: Juan 14:27
2.- Versículo para memorizar:
“La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (Juan 14:27. La Biblia de Las Américas)
3.- Reflexión en la Palabra de Dios:
Si usted le pregunta a alguien qué es lo que más desea en la vida, le responderá sin duda que ser feliz. Hay múltiples fórmulas esbozados por estudiosos de la psicología. El autor, Paul Dolan, experto en economía conductual y profesor de la London School of Economics en su libro “El diseño de la felicidad: Encontrar placeres y propósitos en la vida diaria”, plantea que la felicidad es el resultado de mezclar actividades placenteras con las que tienen un propósito a largo plazo.
Otros expertos coinciden en asegurar que la felicidad se construye sumando a nuestra cotidianidad pequeños gustos que hagan la vida más amena, sin dejar de lado otras actividades que puedan asegurar un futuro promisorio. Hay quienes lo definen como el PPP, Principio del Placer-Propósito.
La felicidad, a diferencia del dinero, no es un bien intercambiable y no sirve de nada esperar una recompensa futura a cambio de unos años de tristeza. Ahora, ¿qué hacer si algo produce insatisfacción? La respuesta es sencilla: Hay que quitarlo de la vida. Esos pensamientos pesimistas que sólo se retrotraen a los fracasos y la derrota es necesario desecharlos.
Cambie pequeñas cosas desagradables por otras gratificantes, como por ejemplo dedicar más tiempo a escuchar música, conversar con amigos, viajar o hacer ejercicio. Esto no implica que cada persona deba hacer lo mismo, pues depende de los gustos particulares de cada individuo.
Una forma práctica es llevar un diario en el que se anoten las vivencias y calificarlas de 1 a 10 con el fin de determinar qué tan a gusto se sintió mientras las hacía y cuál fue el propósito de cada una. De esa forma podrá evaluar qué tanto influyen en su nivel de felicidad.
Otros expertos en el tema recomiendan centrar la atención, un recurso muy escaso que debe saber aprovecharse al máximo para lograr cualquier objetivo. Esto significa no distraerse y perder tiempo en cosas irrelevantes como por ejemplo preocuparse por lo que hacen los demás, pues las comparaciones son odiosas y no reportan nada positivo.
Un estudio de la Universidad de California para el cual midieron el nivel de satisfacción laboral de unos empleados si se enteraban del salario de sus colegas demostró que hacerlo solo contribuyó a amargarlos.
Pero al margen de todo esto, la verdadera felicidad se construye a partir de abrirle las puertas a Cristo Jesús en nuestro corazón y permitirle que Él obre en todo nuestro ser. Cuando vamos a las Escrituras leemos que nuestro amado Maestro enseñó: “La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” (Juan 14:27. La Biblia de Las Américas)
Hay situaciones de las cuales no tenemos manejo, que son externas y por tanto, no podemos controlarlas. Si sometemos aquello que nos roba la felicidad y la paz interior en manos de Jesucristo, Él traerá paz y transformación. Su paz es una paz duradera y no momentánea. Es una decisión para tomar este día. Le puedo asegurar que no se arrepentirá. Y si aún no ha recibido a Jesús como Señor y Salvador, es hora de hacerlo. ¡No se arrepentirá!
4.- Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a.- ¿Cuál es su concepto sobre la felicidad?
b.- Si alguien le preguntara: ¿Es usted feliz? Qué respondería
c.- ¿Puede evocar momentos felices en su vida?
d.- ¿Ha permitido que Jesucristo gobierne su corazón con el fin de construir una vida feliz?
Procuraré desde hoy que nada ni nadie me roben la paz interior.
Publicado en: Devocionales Diarios
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Un consejo oportuno con fundamento en la Biblia.