¿Basta con ser bueno para crecer espiritualmente?
1. Lectura Bíblica: Efesios 6:18
2. Versículo para memorizar:
“Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes.” (Efesios 6:18. NTV)
3. Reflexión en la Palabra de Dios:
Con frecuencia encuentro personas que creen haber cumplido en su relación con Dios simplemente por asistir a los cultos, ofrendar para el Reino y leer uno que otro capítulo de la Biblia. ¡Tremendo error! No se concibe un cristiano que no pase tiempo en oración y no se pensar tampoco que un discípulo del Señor Jesús no experimente crecimiento en la intimidad con Dios. Tiempo y crecimiento en el Señor, son dos asuntos que van de la mano.
Es aquí donde cabe recordar lo que anotaba Reuber Archer Torrey:
“Todos los hombres poderosos de Dios fuera de los que menciona la Biblia han sido hombres de oración. Han sido diferentes entre sí en muchas cosas, pero en esto han sido iguales: en la oración.” (Reuber Archer Torrey. “Cómo orar”. Editorial Peniel. Argentina. 2013. Pg. 12)
Un mensaje que transforma vidas, está regado por oración; un ministerio cristiano fuerte, está rodeado de clamor; una vida en íntima comunión con Dios, tiene un eje alrededor del cual gravita: oración, y los resultados son contundentes.
El apóstol Pablo es un ejemplo fehaciente. Fue siempre un hombre de oración y, bajo ese principio de vida y disciplina devocional, escribió: “Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes.” (Efesios 6:18. NTV)
No fue simplemente una anotación al margen de su carta a los creyentes de Éfeso. Era una instrucción específica que no podían pasar por alto.
Le invito para que lea detenidamente el texto Escritural: Plantea que se debe orar en todo tiempo, con toda oración y perseverancia, orando por todos. Debe ser en esencia una disposición de comunicación permanente con el Señor.
¿Resulta fácil orar? Esa pregunta que quizá se está formulando es muy interesante porque definitivamente estar en la Presencia del Señor encuentra muchos impedimentos. ¿Quién pone los obstáculos? El enemigo espiritual, como describe Reuber Archer Torrey:
“El enemigo espiritual es astuto, es poderoso, nunca descansa, está conspirando siempre por la caída de los hijos de Dios; y si el hijo de Dios se relaja en su vida de oración, el demonio terminará triunfando porque lo engañará.” (Reuber Archer Torrey. “Cómo orar”. Editorial Peniel. Argentina. 2013. Pg. 9)
¿Ha pensado por un instante la enorme responsabilidad que nos asiste como hombres y mujeres de oración. No basta con tener sobre nuestros hombros la responsabilidad de un ministerio. Es necesario estar a la altura de ese enorme privilegio, y lo hacemos desarrollando intimidad con la relación con el Señor, nuestra fuente de poder, Aquél que nos llamó al ministerio a servir en el Reino de Dios.
Una mujer consagrada al Señor se quejaba porque la tenían relegada en la congregación. “¿Usted ora?”, le pregunté. “Claro, y bastante…”, dijo. Mi respuesta fue: “¿Y estando en uno de los mejores ministerios como es el de la intercesión, todavía se queja?”.
Es un asunto de disciplina, compromiso, perseverancia. Tres elementos esenciales que deben converger en quienes nos llamamos seguidores de Jesús el Señor, como enfatiza Reuber Archer Torrey:
“Quien no pasa la mayoría de su tiempo orando, no puede llamarse seguidor de Jesucristo.” (Reuber Archer Torrey. “Cómo orar”. Editorial Peniel. Argentina. 2013. Pg. 19)
Por favor, apúntelo en el margen de su Biblia o quizá en la agenda personal: Un distintivo de los seguidores de Cristo es pasar tiempo en oración. ¿Cuánto tiempo? El que más pueda. Intimidad con Dios, esa es la meta. Buscar Su rostro. Mantenernos en Su Presencia.
Haga un alto en el camino: ¿Cómo anda su vida de oración? ¿Está descuidando la búsqueda de Dios? Hoy es el día para tomar una decisión. Desarrollar intimidad con el Señor parte de la disposición de corazón. Él sabe cómo hacerlo… y nos ayuda en el proceso.
4. Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:
a. ¿Ha evaluado cuánto tiempo pasa orando?
b. ¿Cuándo fue la última vez que oró?
c. ¿Por qué considera que se le dificulta orar?
d. ¿Ha intentado orar a pesar del desánimo que le asalta en ocasiones?
Pediré a Dios que me ayude a desarrollar perseverancia en la oración
Publicado en: Devocionales Diarios
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