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Amigos de Dios a través de la oración

Amigos de Dios a través de la oración

Lectura Bíblica: Salmos 34:15; Juan 9:31

Versículo para memorizar:

“Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, y sus oídos atentos a su clamor.” (Salmos 34:15. La Biblia de Las Américas)

Reflexión en la Palabra de Dios:

Cuando nos referimos a la oración, invariablemente y de manera inconsciente, le ponemos un rótulo religioso. Invariablemente y de acuerdo a la experiencia que hayamos tenido con la práctica de oración, desde la niñez hasta hoy, nos podemos asociarla con una experiencia aburrida o tal vez mecánica; difícilmente podemos decir: “Maravilloso”.

¿Por qué? Porque esa fue la cultura en la que fimos levantados. Nos enseñaron tal vez de manera inconsciente, que orar es propio de los “religiosos” y que era sólo para necesidades.

Hace poco iba de camino a otra ciudad y en el aeropuerto una señora decía con visible entusiasmo: “Gracias a Dios que nos regaló un día tan hermoso”.

Sus acompañantes, en una mesa contigua a la mía, sonrieron compartiendo su apreciación. ¿Está mal agradecerle al Creador por un día soleado, alegre? Sin duda que no. ¿Considera que decirlo públicamente, es cuestión de fanáticos? Por supuesto que no.

Si tomamos esa base, ¿por qué entonces el orar al Señor puede tomarse como algo propio de los fanáticos y religiosos y una experiencia aburridora? Esas son preguntas que debemos formularnos y responderlas con la mayor sinceridad.

Orar es hablar con Dios. Darnos la oportunidad de aparte un tiempo para Él, para hablarle como nuestro Padre pero también como nuestro amigo.

El rey David escribió unas líneas maravillosas que comparto con usted: “Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, y sus oídos atentos a su clamor.” (Salmos 34:15. La Biblia de Las Américas)

No es un texto fanático o religioso, sino por el contrario, la expresión sincera de alguien consciente de que, en todo momento y circunstancia puede contar con Aquél que nos ama y desea lo mejor para nosotros. Este hecho debe ayudarnos a desarrollar mayor acercamiento con Él.

¿Qué hacer? En medio de las circunstancias adversas o favorables, mantener íntimo contacto con el Señor. Es algo que le bendice a usted y también a su familia. Es mantenernos en comunicación con el Dador de la vida, como enseña la autora Lettie B. Cowman:

“Hay tiempos y lugares en que Dios nos cerca con una pared misteriosa, y nos separa de toda ayuda y modos ordinarios en que hacemos las cosas, y nos encierra para hacer algo Divino que es completamente nuevo e inesperado. Algo a que no se adaptan las antiguas circunstancias ni sabemos lo que ha de acontecer. En aquel lugar secreto, Dios moldea nuestras vidas en un nuevo modelo y hace que dirijamos nuestra vida hacia El.” (Lettie B. Cowman. “Manantiales en el desierto”)

Los tiempos en intimidad con Dios son necesarios. Los requerimos no solamente cuando necesitamos algo, sino en todo momento. Y conforme lo hagamos, en la medida en que se convierta para nosotros en una disciplina, enseñaremos a nuestra familia.

Si desarrollamos esa intimidad con el Señor, Él estará atento a nuestra voz, como nos enseña el apóstol Juan: “Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien teme a Dios y hace su voluntad, a éste oye.” (Juan 9:31. La Biblia de Las Américas)

Es sorprendente la forma como nuestra vida experimenta cambios a partir de orar, de hablar con Dios, de hacerle nuestro Padre y al mismo tiempo nuestro amigo. Es una experiencia enriquecedora, apasionante, que traerá cambios a su vida y a la de toda su familia.

De la mano con esta decisión, hay otra igualmente importante: Recibir a Jesucristo como su Señor y Salvador. Hoy es el día para que lo haga. Puedo asegurarle que no se arrepentirá porque emprendemos, de la mano de Jesús, el maravilloso proceso de crecimiento personal y espiritual que tanto hemos anhelado. Decídase hoy por la Salvación eterna que hay en Cristo.

Preguntas para el crecimiento personal y espiritual:

a. ¿Mantiene íntima comunión con Dios?

b. ¿Aparta tiempo para orar?

c. ¿Qué le impide orar, quizá alguna experiencia ingrata de su niñez?

d. ¿Enseña a su familia la importancia de desarrollar intimidad con Dios?

En adelante procuraré desarrollar intimidad con Dios en oración.

Publicado en: Devocionales Diarios


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